“Nos estamos acercando al infierno climático, cuando aún tenemos el pie en el acelerador”. Así de contundente se mostró Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, en su discurso de inauguración de la COP27 celebrada en Sharm el-Sheikh (Egipto). 

“La buena noticia es que ya sabemos lo que tenemos que hacer”, añadía después para lanzar un rotundo desafío a todos. Un reto en el que muchas instituciones, empresas y ciudadanos llevan trabajando desde hace tiempo.

Y es que en los últimos años se han sucedido importantes acontecimientos derivados del cambio climático que han provocado grandes cambios en nuestro modo de vida. “El último informe del IPCC ilustra un futuro incluso más desafiante: nuestro planeta está cambiando rápidamente y no tenemos más remedio que adaptarnos. Tenemos que actuar y tenemos que hacerlo con más solidaridad”, afirma Adrien Koskas, presidente global de Garnier.

Garnier, una de las marcas líderes mundiales de cosmética, presume de ser una de las empresas de gran consumo que ha decidido abanderar este cambio que la Tierra reclama y lleva años trabajando para ofrecer fórmulas con más ingredientes sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. El salto cualitativo ya lo dieron en 2019 cuando diseñaron una estrategia integral que redujera el impacto medioambiental de toda su cadena de valor bajo el nombre de Green Beauty.

El trabajo realizado para ello está teniendo en cuenta toda la cadena de valor:

En todo este proceso de investigación y desarrollo de los expertos en sostenibilidad y medioambiente de Garnier se descubrió, por ejemplo, que el 50% de la huella de carbono se debía a la fase de uso de los productos por parte de los consumidores: la generación de CO2 que implica el uso del agua caliente utilizada para enjabonar y aclarar. Las soluciones alternativas fueron acondicionadores sin aclarado y tecnologías de aclarado rápido como el champú sólido, y sobre todo la concienciación de la gente sobre este tema, para ayudar a cambiar los hábitos de  los consumidores por un mundo más verde.

Ingredientes veganos y de origen natural. Ese ha sido el gran esfuerzo hecho por la marca desde 2019, impulsando ciencias y fórmulas más green. En 2021 consiguieron que el 81% de los componentes fuesen de origen natural o procedentes de minerales, y más de un 99% de ellos son veganos.

Para ello, actúan en cinco áreas diferentes:

Al origen natural y ecológico de sus ingredientes colaboran los programas de solidaridad e inclusividad en los que Garnier lleva años trabajando con su programa de Abastecimiento Responsable.

Manteca de cacao de Costa de Marfil, candelilla de México, manteca de karité de Burkina Faso, aceite de argán de Marruecos, cera de abejas de África, mentol de India...  En 2021 se han cerrado acuerdos de colaboración con 1.214 comunidades desfavorecidas y el objetivo es llegar a las 1.500 en 2025. Políticas de comercio justo, empoderamiento de la mujer, lucha contra la pobreza, desarrollo sostenible y buenas prácticas laborales son los principios fundamentales de este programa.

Garnier es una marca activa con la promoción de la economía circular y trabaja por cumplir el compromiso de eliminar totalmente el uso de plástico virgen y utilizar envases que puedan ser reciclados.

Hace unas semanas, la marca dio a conocer que en 2021 ahorró 12.203 toneladas de su plástico virgen gracias al uso del reciclado, lo que supuso el 31% del consumo anual de plástico de Garnier, según su Informe sobre los progresos en Sostenibilidad 2021 publicados hace unas semanas. Además, el 70% del plástico PET en 2021 procedió de materiales reciclados. Para 2025, la marca utilizará cero plástico virgen y el 100% de sus envases de plástico serán reciclables.

Estas son las iniciativas puestas en marcha para reducir los envases de plástico:

El 69% de las fábricas de Garnier utiliza energías renovables para funcionar y todas las prácticas puestas en marcha su estrategia de sostenibilidad en la fabricación el proceso de fabricación supusieron una reducción de un 75% de las emisiones de CO2 en el proceso de fabricación de los productos Garnier.

La transformación sostenible del proceso de fabricación también incluye una clara hoja de ruta para reducir significativamente el consumo de agua industrial y replantear su uso en todos los centros. En sus Waterloop Factory sólo se utiliza agua dulce para cubrir las necesidades de los empleados y para la formulación cosmética, el resto, la que se utiliza para la limpieza y la refrigeración, por ejemplo, se cubre retirando, reciclando y reutilizando. El objetivo: tener un 100 % de fábricas Waterloop para 2030.

El último eslabón de esta cadena, el transporte, también está inmerso en un profundo cambio con el fin de cumplir el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50 % por producto para 2030. La primera medida es implementar vías más ecológicas para la larga distancia; la segunda, desarrollar un proceso interno para asegurar que cualquier carga es una excepción que consiste en la sensibilización de los empleados; la tercera, el seguimiento de los progresos mediante herramientas digitales; y la última, la fabricación de productos a nivel local.

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